Bolonia, mediodía del 17 de Noviembre de 2010, manifestación en contra de las reformas propuestas por la Ministra de Educación italiana, Maria Stella Gelmini.
Un segundo bastaría para que al mirar esta foto congelásemos la imagen de la anciana con cara de circunstancia. Dentro de la composición, es la actriz principal: enfocada, en primer plano, situada en el centro del escenario y aislada por las pancartas de la masa horizontal de gente que llega desde el fondo y que se multiplican en nuestro cerebro a través de los signos de profundidad y perspectiva causados por las fachadas de los edificios como líneas diagonales. Es decir, que sobre ella recae el peso visual de la imagen, más acentuado -si cabe- por el contraste negro de su atuendo contra el blanco de las telas y el cielo. En la escena podríamos incluso encasillar a los actores en un bando u otro, como si se tratase de un yin yang de buenos y malos, en el que no me voy a parar a conceptualizar… allá cada uno.
Que los manifestantes estén desenfocados produce una agitación, un ritmo y un movimiento de armonía que queda anulado en la burbuja en la que se sumerge la anciana por las pancartas, a modo de barrera. Este último ambiente se identifica con la calma y la lentitud que la mujer tiene para cruzar la calle. Al mismo tiempo, la expresión de su cara, sus arrugas y su gesto de puritanismo provocan en el espectador un sentimiento de estrés y tensión. En definitiva la composición está constituida por dos escenas, una en el primer plano horizontal y otra en el segundo, que confluyen de forma desequilibrada. La primera se caracteriza por pocas figuras y mucho aire, mientras que la segunda es una maraña de gente, donde no se encuentra espacio libre produciendo sensación de agobio.
La imagen comprende en primer lugar la expresividad protagonizada por la anciana, y es que si pudiésemos saber lo que piensa estaría diciendo: “esta juventud de ahora, no saben hacer otra cosa que formar escándalos y protagonizar actos vandálicos”.
La anciana es la personificación de la contraposición en todos los sentidos. Vejez contra juventud, derecha contra izquierda, clase social aburguesada contra clase media, individuo contra multitud, ignorante contra culto, gobierno italiano contra el pueblo italiano, reposo contra acción, etc. Es la diapositiva de una mujer ajena a lo que sucede diariamente en su país a causa de su gobierno, que mira con malos ojos, desde el fondo de su ignorancia, a una multitud de estudiantes, profesores y trabajadores de otros sectores que reivindican los derechos a la educación pública de calidad y se manifiestan contra la reducción de la financiación en el sistema de enseñanza por parte del Gobierno italiano. De nuevo la Ministra de Educación italiana, Maria Stella Gelmini, vuelve a ser noticia, como en 2008, por sus particulares reformas en la enseñanza.
Foto: Eikon Studio
La Repubblica, Bologna
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