miércoles, 1 de diciembre de 2010

En el límite del bien

¿En qué lugar delimita la frontera que separa la información del sensacionalismo en fotografía? Es una pregunta que reconsidera un debate abierto hace siglos. ¿Hasta dónde llega el confín de la ética periodística y qué aspectos o causas lo sobrepasan? Desde mi punto de vista, los medios de comunicación actúan a través de su libro de estilo, sin embargo existen excepciones que para muchos lectores son incomprensibles.

Partiendo de la base que una imagen dice más que mil palabras, hay que poner unos límites que serán muy relativos para algunos usuarios. No creo en la posibilidad de encontrar la unanimidad en torno a un tipo de limitación. Cada persona tiene unos miedos, por llamarlos de alguna manera “tabús”, que perjudicarán llegar a un acuerdo, como ha ocurrido siempre. Hay personas que no toleran el desnudo, ejemplo de la disconformidad acaecida tras la publicación de la portada de El País Semanal que muestra una mujer sobre una camilla durante su autopsia tras ser asesinada en Ciudad Juárez

¿Es la Información de esa foto irrelevante cuando diariamente hay una media de 5 muertos al día? La foto impacta, y ese impacto es el que nos permite comprender una milésima de lo que está pasando en México. Una situación insostenible, donde las amas de casa se ponen al frente de las jefaturas policiales de sus municipios, puesto que ningún hombre ha querido ocupar el cargo, y por el cual una mujer ya ha sacrificado su vida por devolver la seguridad a su pueblo. Ayer mismo podíamos ver en muchos periódicos las fotografías del asesinato de esta mujer, que yacía al lado de su coche cubierta por una funda.


¿Qué similitudes y diferencias hay entre una y la otra? Pues que a esta última la reconocemos por las fotos que nos muestran de ella en vida y la asociamos a un cuerpo tapado en su lecho de muerte, sin embargo la anterior muestra el cuerpo desnudo de una persona que no dio su consentimiento para aparecer en los medios. Es cierto que la foto le puede faltar al respeto de sus derechos de intimidad, pero por otra parte podría servir como método de denuncia y conseguir que el Gobierno mexicano tome las medidas oportunas para dar un golpe al narcotráfico y que cesen las muertes de inocentes.

Siempre y cuando la fotografía no esté preparada, es decir, que el fotógrafo tome la instantánea en el momento idóneo, por muy dura que sea la imagen será necesaria como medio de protesta. Ese es el límite que yo comprendo, unido a su vez a una historia que le dé sentido a lo que está ocurriendo en la otra punta del mundo. La foto puede ser cruel, ¿pero acaso la vida no lo es? A veces creo que la mentalidad occidental se ha hecho tan cómoda que quiere vivir en un paraíso de verdes praderas y se escandaliza con dos gotas de sangre, la realidad está ahí para quien quiera verla y a quien no le guste que mire al cielo.


Mi pregunta es: ¿por qué no temblamos por la integridad de estas mujeres al ver esta foto? El italiano Petro Masturzo ganó el World Press Photo 2009 con esta estampa. Tres señoras aprovechan el anochecer para manifestarse contra la supuesta manipulación de las elecciones en las que salió como vencedor el polémico Ahmadineyad. Desde su terraza lanzan sonidos al unísono. Esta foto dio la vuelta al mundo y nadie se preocupó por la integridad de estas señoras porque estaban tapadas y no había signos de violencia. Sin embargo, nadie pensó que un edificio puede identificarse y que las chicas podrían correr peligro en un país donde el derecho de expresión es nulo y donde las mujeres son ajusticiadas por supuesto adulterio. Entonces, ¿era ético publicar esta foto? El debate sigue y permanecerá abierto por mucho tiempo.

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